jueves, 20 de agosto de 2015

Ardilla







Llega tu cumpleaños, y como sabes que mejor que tú, no te regala nadie, pues vas y te haces un regalo, unas gafas de sol, que ya te iban haciendo falta....y al tercer día, ¡no las encuentras por ningún lado! En ese momento piensas: tengo la cabeza perdida, a saber donde las he dejado.

Tienes que salir a trabajar fuera, y paseando de camino al lugar, de repente ves una camiseta que hacía siglos que buscabas, y a ver, no te hace falta para vivir, pero te la compras, por que si no lo haces, seguramente, tardarás milenios en volverla a ver. Llegas con tu súper camiseta a casa, y al tercer día, vas al cajón y ¡SORPRESA!, ¡qué tampoco está!...y vuelves a pensar: madre mía, ¿donde puñetas la habré metido?, y te vas pensativa al sofá, ya preocupada por tu estado mental, o si es que a los artículos que compras últimamente, les ha dado por resucitar y pirarse de tu casa (que ya no descarto nada).

Una de tus amigas, que te nota preocupada por el asunto, y te ve desanimada, por otros motivos, para alegrarte un poco, te invita a tomar un café, y de repente te regala un bolso deportivo, para cuando vayas a hacer deporte (ya mañana, si eso) y se lo agradeces, y te encanta. Llegas a casa toda contenta, lo guardas para estrenarlo en unos días....y cuando llegas a por ella....¿qué?, ya os lo imagináis, ¿verdad? Justo, ya no está....y ahí, empiezas a mosquearte, y se te enciende una bombillita en tu cabeza que te dice: ¿no será....? pues vamos a averiguarlo.

Al día siguiente, sales toda decidida, y vas y te compras unas bragas, si, así tal cual, pero además de esas de cuello alto, que molan mucho. Pues oye, no te lo querrás creer, pero ¡NO DESAPARECEN! Como si las quieres tener allí años, lustros, décadas, ¡que no se mueven del sitio! Y entonces ya está claro....¡el aborrescente se está haciendo un ajuar a tu costa!

Vas a su habitación, empiezas a abrir cajones, y donde menos te los esperas, como ardillas que guardan la comida para el invierno, ¡están todas tus cosas!, pero no sólo las que habías echado de menos, ¡noooooo! también está el hinchador de colchonetas, ¿para qué? ¡pues yo que se, pero ahí está!, el camping gas (sin el gas, claro), que oye, lo mismo es que el chiquillo se quería ir de camping y ¡lo estaba preparando a plazos!. Y como te descuides, hasta te encuentras la dentadura del abuelo, que oye, si el niño te ha salido previsor, ¡¡¡pues ya está guardando para cuando toque!!! 

     En fin...no hay día que no te sorprendas con estos aborrescentes, y lo mejor, es que no sabes cuando va a terminar esta etapa. Así que respiramos hondo, y mañana, preparados para lo que sea, que quizá hagan que el día de hoy, sea un paseo por las nubes. Ahí lo dejo...bueno, ahí lo dejo, mientras voy buscando las llaves del coche, que hace tres días que nos las veo...que lo mismo han resucitado.


     Ana Marlo.

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