viernes, 21 de agosto de 2015

Solteros y sin compromiso.

     
















           Desde que son pequeños, van dando pistas de como va a ser su aborrescencia, aunque la verdad, es que siempre que llegan a dicha edad, superan nuestras expectativas, por muy preparados que pensábamos nosotros que estábamos...para esto, nunca lo estás.

Nos ponemos en situación: cola interminable en un supermercado cualquiera. Tu hijo, de cinco años que le gusta hablar con todo el mundo, y que además, la vergüenza para él, es simplemente una palabra que dicen los demás, por que él no tiene conocimiento de que susodicha cosa exista, se pone a hablar con el hombre que tiene delante (a ver, que era muy guapo, todo sea dicho de paso). Bueno, hasta ahí todo normal, tú le dices que le deje en paz, el hombre te dice que no te preocupes, que no pasa nada...bueno, todo sigue su curso normal. Hasta que el puñetero niño le suelta: ¿eres soltero? En ese momento se hace el silencio en la cola, la cajera mira al niño a punto de estallar de la risa, el hombre con cara de asombro, y tu haciendo sitio en el carro para poder meterte en él, y si es posible desaparecer entre los productos.

Muy amablemente, el hombre le contesta: sí, soy soltero. Y aquí viene ya el momento máximo, en el que ya te quieres morir, que la tierra te trague o que en ese momento, salga un águila gigante de las del Señor de los Anillos, y te lleve lejos del peligro...la contestación de mi hijo es: ¡Qué bien! ¡mi madre y yo, también somos solteros! Ahí es cuando la cajera estalla en carcajadas, el hombre sigue mirando al niño sin saber realmente que hacer o decir, la gente de la cola comentando la jugada, pero tu ya estás en Narnia, por que el carro tenía una puerta astral oculta que te ha llevado allí...o eso es lo que quisieras.

Ahora bien, ha llegado el momento, en el que mi hijo ya empieza a salir con chicas y esas cosillas normales de su edad. ¿Os imagináis que haga lo mismo? Me voy al lugar donde el suele reunirse con sus amigos, y a la que a mi me guste para él, voy y le digo: ¿estás disponible? ¡es que mi hijo y yo, si lo estamos! Ya me estoy imaginando la cara de ella, diciendo: la loca de los gatos existe y quiere ser mi suegra. Y a mi hijo pensando: voy a buscar el carro de la compra que lleva a Narnia, y ya si eso, vuelvo en otro momento.

No debemos olvidar, que fuimos aborrescentes, y siempre algo queda...así que aborrescentes de la actualidad, no nos subestiméis, que somos como vosotros, pero con mucha más experiencia, y eso, nos convierte en profesionales a la hora de la revancha...son muchas las que os debemos.

Volveré.....




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